Por Jorge Rojas Sereno
El país está sumido en un marasmo de delincuencia, crimen, imposición, sumisión y cooptación de la oposición por el partido oficial. Una nación revuelta y no en tersa transición, así deja el ex mandatario Andrés Manuel López Obrador a la presidenta Claudia Sheinbaum el gobierno mexicano y es momento clave para que se determine si ella, la mandataria nacional, será una real y verdadera jefa de Estado o solo una lideresa facciosa o de partido.
Esa es una petición-exigencia que varios sectores le han pedido a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que marque una distancia entre el régimen obradorista e imponga su propia sello de gobernar. Lo que implica que se convierta en una mujer de Estado y no en un figurín de partido o de facción que solo actúe para beneficio de su grupo y de lo que llaman cuarta transformación, que no es más que el trasfondo de los vicios y corruptelas reeditados ahora en época morenista.
El discurso en su toma de posesión del poder ejecutivo el día ayer, Claudia Sheinbaum fue clara y precisa con unas letras bien delineadas, mensajes claros y prometedoras y una expresión esperanzadora para los mexicanos, de hecho, ella, la presidenta Sheinbaum fue quien se acercó a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nacion SCJN, Norma Piña, para saludarla y darle un beso. Gran gesto aliciente para un gobierno que desea la unión del pueblo y de su poderes.
Pero en los hechos la situación cambia. Por sobre el gran discurso y las 100 propuestas de gobierno que la presidenta Claudia Sheinbaum lanzó por la tarde, como un bien intencionado menage de mandato, se vislumbran en las acciones de los integrantes de su facción la mayoría obradorista, un detentor de usos y costumbres ligados al sometimiento, sumisión y complicidad inherente, como el momento que la mandataria nacional besa la mano del diputado del PVEM, Manuel Velazco, estampa lamentable.
Será muy complicado que una mujer pueda gobernar un país machista, pero le será más pesado si no se erige como una mujer de Estado con los principios constitucionalistas, con las bases legales y de aplicación de la ley y la justicia y con la separación de los poderes, únicos, indivisibles y autónomos, lo cual, no funciona en este momento, porque todo el poder esta cooptado por la oligarquía obradorista y, aunque la presidenta Sheinmbaum tenga todo en sus manos, éste se le puede diluir si da más poder a quien no sabe usarlo o que lo utilizaría en su contra.
Todo lo apreciado y lo prometido en este evento de transición por parte de la presidenta Sheinbaum, solo el tiempo lo comprobará como cumplido, si, así como a los morenistas les gusta inferir como una frase ya de partido: “misión cumplida”; veremos y, estaremos siempre con la optimista visión de que la mandataria nacional deje de ver hacia abajo y deje las dádivas y los programas sociales e imponga en contraste, una política de expansión económica, de manejo y control de mercados internos y externos y de hacer lo posible por convertir a México en una nación en el preludio del primer mundo y no rezagada junto a las repúblicas bananeras procomunistas. Que sea un real y verdadera mujer de Estado.
¡¡Feliz cumpleaños mi amado hijo Leonardo Rojas Sereno Torres!!
Comentarios: jleonardorojasereno@gmail.com
“No podemos esperar seguir creciendo, sin auxiliarnos unos a otros, con los abecedarios del respeto y el pulso de la clemencia”.
Cuidarse y cuidarnos mutuamente es el primer deber de todo ser humano. Otra de las tareas es ser agradecidos; y, en este sentido, también debemos apoyar a quienes cuidan a los más débiles, a los enfermos y a los longevos. Por desgracia, nos asiste la inmoral costumbre de pasar de nuestros mayores, de todo aquello que los sistemas de producción excluyen, llegando a abandonar hasta nuestras propias raíces. Esto debe hacernos repensar sobre el trabajo de cuidados, tanto el remunerado como aquel que no lo es, ante el envejecimiento de las sociedades y los modelos de familias cambiantes. A mi juicio, estas gentes de corazón grande, que traen consigo salud y esperanza, desempeñan un papel esencial de humanidad, aunque a menudo no reciban ni el reconocimiento ni la remuneración que merecen. ¡Loémosles!
Son esas personas de bien y bondad, que suelen ser una riqueza humana, porque con sus acciones de entrega y cariño lo que donan es vida, a las que se les debiera intensificar sus medidas de apoyo, para garantizar que tengan realmente acceso a un trabajo en condiciones dignas. En efecto, la economía del cuidado crece a medida que aumenta la demanda de servicios de guardería y cuidado de ancianos. Por tanto, generará en los próximos años un gran número de puestos de trabajo. Sin embargo, esta labor social prosigue caracterizándose por la ausencia de prestaciones y protecciones, bajos salarios o falta de compensación, además de estar expuestos a perjuicios físicos, mentales y, en algunos casos, sexuales. No podemos esperar seguir creciendo, sin auxiliarnos unos a otros, con los abecedarios del respeto y el pulso de la clemencia. ¡Considerémoslo!
Sea como fuere, es importante recuperar la dimensión humanitaria y hogareña, además de impulsar la justicia social, con los trabajadores de este sector, en continuas desigualdades y apenas sin tiempo para ellas mismas. Respetar los horarios de trabajo, disfrutar del espacio personal y del tiempo para el descanso y los planes de ocio, lo considero fundamental para responder a los cuidados del cuidador y poder favorecer tanto su bienestar como su propia salud. Todas las personas tienen un valor en sí y reflejan, cada una a su manera, un rayo de esa sabiduría innata, que hemos de descubrir desde la escucha contemplativa de nuestro propio interior. Esta es nuestra misión; porque, en el fondo todos somos guardianes, depositarios de la esperanza y custodios existenciales. De ahí, la necesidad de reconstruirnos en un “nosotros”, con un proyecto que nos hermane y un hogar común. ¡Hagámoslo!
Tan importante como aprender a reprenderse, es aprender a cuidarse para cuidar a los demás. Justo, en este momento, cuando el estrés, la ansiedad y la depresión, nos tritura el propio corazón y la mente; hace falta modificar el ambiente laboral y garantizar condiciones de trabajo adecuadas, otorgando remuneraciones dignas y condiciones contractuales estables, creando áreas donde las gentes puedan conversar, desahogarse y cumplir experiencias de autocuidado. En efecto, uno tiene que comenzar a quererse para poder querer. Así pues, es esencial que nuestras moradas sean rincones inclusivos y acogedores para la supervivencia y, en general, para la fragilidad en todas sus expresiones. La soledad puede ser una enfermedad, pero con la cercanía de las pulsaciones y el abrazo sincero ofrecido, podemos curarla. ¡Practiquémoslo!
Desde luego, no hay mejor loa que cuidar a los cuidadores socialmente, que considerarlos parte nuestra en un hacer por hacer, sin esperar nada a cambio, sabiendo que esta práctica nos fraterniza, reconduciéndonos a concebir para los demás lo que quisiéramos que nuestros análogos obraran por nosotros. Esto lo descubrí en la residencia familiar Lanjarón Salud, desde el mismo instante en que mi querida madre (con Alzhéimer) volvió a la vida, porque sus cuidadores le dieron savia a su alma destrozada, reapareciendo como una niña débil junto a sus progenitores y llena de sonrisas, a pesar de los pesares de no ser, sin memoria, pero contando con que la enfermedad está, pero no ha destruido la pasión por el santo rosario, ni el anuncio del domingo en oración, para hacer realidad los martes en comunión y en familia, a los pies de la Alpujarra y con su propio espíritu orante de acción de gracias.